domingo, 13 de enero de 2013

S I L E N C I O.


He soñado tantas veces que ya no puedo dormir. 
He inventado tantas historias que el tintero de mi imaginación se ha quedado vacío.
He sonreído tantas veces que tengo músculos en las comisuras.
He llorado hasta deshidratarme. 
He sido falsa hasta mentirme a mí misma. 
He puesto el volumen de la música más y más alto, hasta reventar los cascos.
He visto tanto dolor y tanta tristeza que ya no me afectan.
He escuchado tantas promesas, tantas utopías y tantas falsas esperanzas, que ya todo me parece muy cuestionable.
He visto tantos golpes, he oído de tantas palizas, de tanta sangre y tanta guerra, que he dejado de tener fe en el ser humano. 
He visto a tantos pasarlo mal, y ni me he acercado a preguntar.
Me han visto otros tantos morir de demasiada vida, y ni se han inmutado.
Me he entrometido en tantas pesadillas que ahora todo me da miedo.
He visto una película las veces suficientes como para conocer sus diálogos, y sobre todo, su banda sonora.
Me he sentido identificada con una canción hasta asustarme. 
He pensado en el destino y en el azar, y he llegado a la conclusión de que somos un juego psicótico de alguien que quiere divertirse demasiado.
He visto llover dinero entre los bolsillos de unos pocos que pisoteaban con sus fajos de billetes a una mayoría que sólo alcanzaba a suplicar un céntimo.
Me he enamorado hasta escribir más rimas que G.A. Bécquer.
He sufrido su mismo desengaño y me he dado cuenta de que todo es muy efímero. Muy efímero y relativo.
He escrito reflexiones hasta destrozarme las puntas de los dedos. 
He pasado horas de madrugada despierta con los ojos abiertos, un pitillo en los labios y la única certeza de que nada es para siempre a pesar de que pretendamos jurar lo contrario. 
Me he reído hasta olvidarme de que el mundo seguía existiendo.
He amado hasta el punto de no preocuparme por nada más.
Me he cabreado hasta querer acabar con todo.
He intentado buscar los caminos más fáciles, creándome los más complicados.
¿Y al final de todo, qué me queda ya?
Silencio. Sólo silencio.
Y el silencio no es sólo la falta de ruido. 

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